Históricamente el papel de la Administración Pública ha sido el de traccionar, fomentar, apoyar y crear un marco en el que las empresas aporten su conocimiento y experiencia en los distintos sectores, que posibiliten que la ciudadanía mejore cada día su bienestar y pueda contar para ello con multitud de servicios que cubran a la perfección sus necesidades.
En la actualidad hay un cambio claro de prioridades en la sociedad que también empuja a las administraciones a fomentar y adoprar nuevas medidas vinculadas a la eficiencia energética y a la sostenibilidad.
De esto tratamos en este artículo, de cómo las Administraciones Públicas pueden poner en marcha planes de ahorro y reducir su consumo de energía.




